La tecnología evoluciona para estar presente en nuestras vidas y ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida. Un ejemplo de ello son los wearables, que surgieron como consecuencia de la evolución tecnológica alcanzada con la miniaturización de los componentes electrónicos, el desarrollo de los protocolos de comunicación, la geolocalización y el software de gestión de datos. Representan una nueva etapa en la evolución de la industria de los dispositivos móviles, pero… ¿Qué son los wearables?
¿Qué son los Wearables?
Se trata de pequeños dispositivos electrónicos que se incorporan en nuestro cuerpo, a modo de complementos, con la finalidad de realizar alguna función concreta. Para que se considere wearable, tiene que formar parte de nosotros, liberando nuestras manos. Pero cuidado, a diario utilizamos dispositivos que transportamos con nosotros, como los smartphones, tablets o e-books y, sin embargo, no se consideran wearables, ya que no se integran en nuestros cuerpos.
Los más extendidos y conocidos son las pulseras de actividad y relojes inteligentes, pero hay una gran variedad de dispositivos en el mercado. Se utilizan en ocio, deporte, prevención de riesgos laborales y salud, lo que los convierte, en ocasiones, en complementos imprescindibles. Veamos cómo funcionan.
Tipos de dispositivos Wearables
Existen diversos tipos de wearables que según su función o características están destinados para ser colocados en una determinada parte de nuestro cuerpo existiendo varias posibilidades:
- Smartwatches o relojes inteligentes- Este dispositivo esta ya muy adoptado en la sociedad y es difícil no encontrar a una persona que no use un Watch con más o menos tecnología. El líder indiscutible del mercado es el Apple Watch para un uso particular, aunque son muchas las empresas industriales que adoptan estos hardwares de muñeca para facilitar y optimizar su trabajo diario como grandes fabricas, empresas de logística, la propia Amazon…
- Smart Glasses o gafas inteligentes- Aunque sea un proyecto sin éxito, las más famosas son las Google Glass que acapararon la atención mediática hace muchos años al ser las primeras en salir al mercado para el gran publico pero que quizás no tuvieron la suficiente acogida o su alto precio no cumplía con las expectativas. Hoy en día son conocidas las operaciones quirúrgicas que varios doctores realizan en tiempo real coordinándose con otro equipo medico situado en la otra parte del mundo gracias a este tipo de gafas inteligentes.
- Smart Clothes- Este campo podemos verlo en aplicaciones para deportistas de elite como chalecos que miden la actividad física o ropa de moda que es capaz de medir los ritmos cardiacos con sensores.
¿Cómo es el software de los Wearables?
El software integrado en los wearables se compone de dos partes: sistema operativo y aplicaciones. En este apartado, me centraré en las aplicaciones, ya que es donde se centra mi experiencia laboral, lo que me permite conocer las características propias de este tipo de dispositivos. Veámoslo con detalle.
Características de las aplicaciones de los Wearables
Para poder diseñar las aplicaciones que darán funcionalidad a estos dispositivos es importante tener en cuenta sus características técnicas y su hardware, lo que delimitará en muchas casos las posibilidades de personalización o disposición de la información por ello es necesario tener en cuenta:
Escaso tamaño de las pantallas
Está claro que la pantalla de un ordenador de sobremesa es más grande que la de una tablet o smartphone y, a su vez, éstos son más grandes que un reloj inteligente. Ante estas diferencias de tamaño de pantalla, podemos preguntarnos ¿cómo se puede mostrar información en un espacio tan reducido? La respuesta es optimizando el diseño de la aplicación, para que la información sea accesible de forma cómoda y sencilla. Veamos cómo hacerlo.
Lo primero que podemos pensar es que hay que limitar las funcionalidades que tendría la misma aplicación en una pantalla más grande, ya que parece imposible mostrar la misma información. Es cierto que no puede mostrar la misma información al mismo tiempo, pero no por ello es necesario reducir funcionalidades. Lo que se hace es agrupar el contenido a visualizar mediante menús emergentes, pestañas o desplegables. De esta manera, el usuario tiene acceso a toda la información, pero en vez de verla de una sola vez, decide qué ver en cada momento. Veámoslo con un ejemplo. Supongamos que tenemos un reloj inteligente con una aplicación que mide el número de pasos que damos a lo largo del día. Accedemos al histórico y vemos un listado, que se puede configurar para elegir el orden en el que queremos ver las mediciones, es decir, qué queremos ver primero: lo más reciente, lo más antiguo, los días con mayor número de pasos, los días en los que no se hizo ejercicio, etc. Estas opciones estarán ocultas en un desplegable, que solo será visible cuando el usuario pulsa sobre el icono de ajustes. En ese momento, se ocultará el listado y, cuando seleccione una opción, se mostrará de nuevo. Si la aplicación se ejecutara sobre un dispositivo de mayor tamaño, las opciones y el listado serían visibles al mismo tiempo.
Por otro lado, es clave dividir la información a visualizar en diferentes pantallas. Para ello se utilizan la vista maestro y la vista detalle. Veámoslo con el ejemplo anterior. Supongamos que queremos consultar el histórico de los pasos realizados. Cuando seleccionamos el histórico, lo primero que vemos es la vista maestro, es decir, un listado con la información más importante, como por ejemplo, el día y número total de pasos realizados. Si pulsamos sobre un día, tendremos la vista de detalle, que consiste en un listado con datos más detallados, como la velocidad media, distancia recorrida y número de calorías consumidas.
También es muy importante reducir textos. En muchas webs, los enlaces a diferentes contenidos consisten en textos con iconos. Es muy práctico, ya que el icono permite conocer de forma rápida y visual el contenido al que vamos a acceder y, el texto, confirma lo que representa el icono. Sigamos con el ejemplo de consultar el histórico de los pasos realizados. ¿Te imaginas que, para acceder, tuvieras que pulsar sobre un enlace con el texto “consultar histórico de los pasos realizados”? no sería práctico, ¿verdad? Si fuera así, habría que hacer zoom o scroll para poder leer el texto Tranquilos, no hay por qué dejarse la vista para leer el texto de un enlace, en su lugar utilizaremos un texto más reducido como “histórico” o bien, un icono representativo, como por ejemplo, un gráfico.
Accesibilidad de los Wearables
La interfaz deberá adaptarse a las necesidades del usuario, bien por posibles deficiencias físicas (visuales o auditivas), o por el entorno en el que se encuentra en el momento en el que utiliza el dispositivo.
El escaso tamaño de las pantallas parece una dificultad añadida ante una deficiencia visual, ¿cómo solucionar este problema? Mediante la incorporación de mejoras visuales y software de reconocimiento de voz y gestos, que permite a las aplicaciones interactuar con el usuario mediante comandos de voz y gestos. Una forma de mejorar la visualización de una pantalla, es mediante la incorporación de una herramienta que seguramente has utilizado más de una vez: el zoom. Consiste en una lupa integrada que permite agrandar una imagen y que puede ampliar hasta 15 veces su tamaño original. También deberán ser configurables el tamaño y grosor de texto, además del brillo y contraste de la pantalla. Asimismo, cuando el color afecta a la visibilidad, se podrá activar una escala de grises.
¿Y en el caso de tener problemas de audición? Por defecto las aplicaciones reproducen el sonido en estéreo, pero si se padece sordera parcial o total en uno de los oídos, se pierde parte del audio. En estos casos, las aplicaciones deberán permitir configurar el sonido para que se reproduzca en uno de los oídos: audio mono. También son de gran ayuda las notificaciones por vibración, que consisten en un suave toque en la muñeca.
Al principio de este apartado, vimos que las necesidades especiales de los usuarios no solo se deben a deficiencias físicas, sino también al entorno en el que se encuentra el usuario. Esto se debe a que, en ocasiones, los wearables se utilizan en circunstancias poco favorables. Veámoslo con un ejemplo. Imaginemos un operario de fábrica que está en una sala de control mal iluminada. Aunque el operario no tenga problemas visuales, puede tener dificultades para visualizar la pantalla de su dispositivo. Las mejoras visuales y la utilización de comandos de voz, le ayudaran a interactuar con él.
Alto grado de configuración de las aplicaciones
Deben de ser configurables, permitiendo al usuario seleccionar qué quiere activar y cómo desea que se midan y presenten los datos. Anteriormente vimos una aplicación que mide los pasos que realiza un usuario. Sigamos con este ejemplo. Imaginemos que utilizamos habitualmente esta aplicación durante nuestro entrenamiento, para conocer la distancia recorrida y la velocidad a la que caminamos o corremos, pero no queremos que se registre el recorrido que hacemos, ya que consume batería y datos móviles. Pues bien, una buena aplicación, deberá de permitir hacer las configuraciones necesarias para que solo haga las mediciones deseadas. ¿Y cómo se presentan los datos? Cuando consulto el histórico, ¿puedo ver primero las mediciones más recientes? ¿Y la distancia en expresada en km? La aplicación deberá de permitir elegir el orden en el que se presentan los resultados y las unidades a utilizar. De esta manera, las aplicaciones se ajustarán a las necesidades de cada usuario.
Seguridad en los Wearables
Normalmente las aplicaciones utilizan datos privados de los usuarios. Toda la información deberá estar protegida frente a ataques cibernéticos y accesos no autorizados para ofrecer seguridad y privacidad, asegurando así que su uso no limita la privacidad de los usuarios.
Eficiencia de los Wearables
Seguramente más de una vez te has quedado sin batería en el móvil cuando lo necesitas.
Evitar que esto suceda con un wearable es complicado. Hay que tener en cuenta que estos dispositivos son pequeños y, por lo tanto, la batería no puede ser muy grande, lo que hace que no puedan almacenar un gran amperaje. Esto es un problema, ya estos dispositivos se utilizan durante largos periodos de tiempo. En consecuencia, es muy importante que consuman poca batería. ¿Y cómo se consigue? Mediante un funcionamiento eficiente, que optimice el consumo, además de un buen diseño de la circuitería.
Espero que con este artículo conozcas mejor qué es un wearable y cómo funciona. Estos dispositivos son un ejemplo de que la tecnología no es algo ajeno a nuestras vidas, sino que está presente en nuestro día a día y nos acompaña allí a donde vayamos, integrándose en nuestros cuerpos, para mejorar nuestras vidas. Probablemente hayas utilizado algún dispositivo sin saber que era un wearable, ¿ya has probado alguno?